Tertulia Literaria

Tertulia Literaria

5ª TERTULIA. Noviembre/2013

29 de Noviembre de 2013. Casa de Marian


Valoración Casa Tomada
7,0

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Libro debatido: "Dispara, yo ya estoy muerto"-Julia Navarro




Algún enlace relacionado con el libro

Entrevista a Julia Navarro...: ver
Exodus (1960) Dir.:Otto Preminger (Paul Newman, Eva Marie Saint)...: ver
II Muestra de Cine Palestino en Madrid: ver


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Libros propuestos para ser debatidos en la póxima reunión:

"El Manantial"- Ayn Rand  (1943; 750 pg)- Juan Carlos
"El cuaderno azul"- James Levine (2009; 230 pg) - Begoña
"El canto del cuco"- Robert Galbraith/J.K.Rowling  (2013; 600 pg)- Mª Ángeles
"El despertar de la señorita Prim"-Natalia Sanmartín Fellonera (2013;350 pg) - Marian
"El club de lectura del final de tu vida"-Will Schwalbe  (2013; 380 pg) - Rosa
"El cuaderno dorado"- Doris Lessing  (1962; 860 pg) - Pepa
"Rastros de sándalo"- Asha Miró  (2007; 250 pg) - Lola
"Frida: una biografía de Frida Kahlo"- Hayden Herrera (2002; 440 pg)  - Cristina
"Martes con mi viejo profesor"- Mitch Albom (1997; 210 pg)  - Pilar A
"Ensayo sobre la lucidez"- José Saramago (2004; 380 pg)  - Pilar M
"La cena"- Herman Koch (2009; 280 pg)  - Sandra SELECCIONADO PARA LA SIGUIENTE TERTULIA
"Los años de peregrinación del chico sin color"- Haruki Murakami (2013; 320 pg) - Rocío

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Opiniones de tertulianos sobre el libro debatido:"Dispara, yo ya estoy muerto":




 
Lola: 

Trata de manera exquisita un drama reciente que aun continua hoy en día. Esta muy bien documentado,  y empieza a hablar del conflicto desde la época de los zares en Rusia. Lo he recomendado varias veces, interesante, engancha , como hacía tiempo que no me enganchaba un libro y fácil de leer. Es extenso, pero el tema lo merece. Gran novela, y además mantiene una posición bastante neutral en cuanto a palestinos y judíos. Abre muchas preguntas, perfecto para debate.

Pepa: 
 
Había leído Dime quien soy, de la misma autora (que me encantó) y repite casi el mismo esquema porque le sale bien: Historia documentada de algún conflicto muy conocido a través de varias generaciones, que exige constantes viajes y referencias a diversos países. Todo ello favorece su lectura.

Sin embargo, debo decir que me gustó más el primero (quizá porque era el primero?), pues el hecho de narrar en aquel la vida de la protagonista mantiene el hilo conductor en toda la novela. En éste, Ezequiel comparte protagonismo con su padre y no logra la cohesión del anterior. Es más, me sobran personajes que además de no aportar nada al relato, impiden que lo sigas…. en varios momentos no sabía de quien me estaba hablando.
Lo bueno de sus libros es que están bien documentados y se aprende (yo al menos). Pero no sé si volvería a leerla: constantes idas y venidas para mantener la atención, el final no está logrado, y le sobran muchísimas páginas! Sobre ese apasionante tema (el del conflicto) seguro que existen otros libros mejores (Oh Jerusalén?).
Por cierto, ¿lo escribe con la intención de sugerir que los judíos no son tan malos como parece ser la opinión mayoritaria actual? Un poco simplón.


Juan Carlos:
Algo me ha quedado muy claro al acabar este libro: el día que en el cole explicaron el sentido de los refranes “lo bueno, si breve, dos veces bueno” y “quien mucho abarca poco aprieta”, la Sra. Navarro hizo novillos.

Esta novela juega con trampa y yo, he de reconocerlo, caí en ella. La Sra. Navarro picotea en los datos históricos con el único fin de encajar una serie de personajes, cuantos más mejor, y elaborar una especie de sagas y subhistorias encadenadas. Así, puede parecer, hasta la mitad del libro, que uno se está encontrando con algo nuevo respecto al conflicto palestino israelí. Pero no. La historia de los personajes  empieza a retroalimentarse con el fin de llegar a un determinado número de páginas. Estoy convencido que la Sra. Navarro cobra del editor al peso.

El desarrollo de la novela, que en principio despierta interés, se torna tedioso hacia la mitad del libro y empeora hasta un final lamentable. Un final que no viene a cuento. Bueno, sí, viene a cuento para poner el título a la novela. La Sra. Navarro ha querido aprovecharse de la brillante idea de su anterior obra (Dime quién soy) y presentar un final sorprendente. Le fue bien, y lo repite. Pero, esta vez, como he dicho, con un resultado lamentable.

Y ahora voy a destacar lo positivo.

La Sra. Navarro, en mi opinión, mantiene una asepsia y una equidistancia en el tratamiento ideológico del conflicto palestino israelí absolutamente encomiable. No hay buenos ni malos. O mejor dicho, todos son igual de buenos y malos. En ese sentido, mi enhorabuena. Hoy día es difícil hablar, de cualquier tema, sin inclinarse a emitir nuestra  opinión sin darnos cuenta que la opinión propia sólo tiene validez para nosotros mismos.

Y mi segunda felicitación se basa en que vende mucho. Lo digo sin sorna ni segundas interpretaciones. Gran éxito de ventas y nada que discutir. Yo, que soy ferviente defensor del mercado y de sus leyes, acepto sus normas y resultados. Por lo tanto, si la suma de dinero recaudado por este libro es enorme, será que el libro es recomendable para leer. Y por lo tanto, yo sí lo recomendaría. La opinión del mercado es bastante más fiable que la mía. Eso sí, por mi parte, es el segundo y último libro que leo de la Sra. Navarro.

Pilar A:

Es el segundo libro que leo de Julia Navarro, y he de decir que me gustó más  “Díme quién soy”.

“Dispara yo ya estoy muerto”, me ha resultado más difícil de leer por la gran cantidad de personajes que introduce para contar la historia entrelazada de la familia árabe y judía que dan soporte a la historia a través de varias generaciones, de manera que hay momentos en que cuesta ubicarse. Está tan documentado que llega a hacerse farragosa su lectura e incluso incómoda por la fórmula utilizada de referirse a los personajes a través de su nombre y apellido,  lo que, en mi opinión, aleja al lector de la historia.

Desconozco el objetivo de la autora al plantear la historia pero creo que ha salido más beneficiada la parte judía pues sus personajes centrales, Samuel y Ezequiel  son en todo momento conciliadores  y generosos. Por contra sus amigos y vecinos árabes son presentados como más intransigentes y obcecados siendo siempre ellos los que limitan la amplitud de la relación, bien sea por sus tradiciones, sentido de tierra propia o incapacidad de transgredir las imposiciones de terceros.

Sobre la novela en sí, creo que le sobran páginas, y episodios de la historia contados con demasiada profundidad, que se hubieran solventado, tal vez, de manera más dinámica reduciéndolos a simples pinceladas. Los sucesos luctuosos están tratados con excesiva profusión de detalles y le sobran  sucesos negativos. Ambas familias son castigadas por los acontecimientos hasta el punto de la exageración que convierten la novela casi en una tragedia.

El cierre de la historia, con la hija de Wadi  fruto de su infidelidad, nada menos que con una mujer cristiana, no sé si interpretarlo como la forma de poner punto y final a la novela en algún momento,  o para expresar un halo de transgresión en un personaje árabe, siempre atado a sus raíces, inculcadas desde la cuna, pero que había sido conocedor de la infelicidad de su padre por no haber podido estar nunca con la mujer que amó hasta la muerte.

De todos modos y  a pesar de lo anteriormente comentado, yo sí recomendaría su lectura.


 Mª Ángeles:

 Es una gran novela, de eso no cabe duda. Como escritora, adivino la cantidad de horas de documentación que ha consumido la autora para elaborar este libro y, ante eso, no puedo por menos que descubrirme. Pero, a veces, el exceso de datos e información convierte una historia apasionante en un verdadero ladrillo. Y un poco es lo que sucede con este texto. Coincido con la opinión de que 150 páginas menos y 20 personajes eliminados, hubieran servido para aportar a la historia frescura y ritmo. Los primeros capítulos enganchan y entusiasman y hacia la mitad del libro el desinfle es manifiesto. Me parece una idea brillante el enclave de “La Huerta de la Esperanza” como microcosmos donde se reproducen todas las etapas por las que atraviesa el conflicto de Oriente Medio. Es el espejo donde se refleja la huella que van dejando los acontecimientos en los dos bandos y, como consecuencia, el deterioro en el que poco a poco va entrando la utopía de conseguir una convivencia pacífica entre palestinos y judíos.


Me parece encomiable, aún más que su asepsia respecto a la posición de la autora en el conflicto, el recalcar una y otra vez que son otros los que han propiciado el enfrentamiento entre ambos. Los dos son víctimas de dominaciones extranjeras y de decisiones políticas de instituciones y organismos internacionales que no han podido ser más nefastas. Lejos de solucionar el conflicto, lo han avivado.

El libro es recomendable, pero creo que salvo alguna excepción, he leído todo lo publicado por Navarro y es verdad que repite estructura y final con demasiada frecuencia y eso resta interés, sobre todo, cuando hay autores que sacan una novela por año.

Para terminar, sólo una cita que quiero recalcar como una de las enseñanzas de este libro para no olvidar, aunque tiene muchas más.

“… Yo no tengo apego a ninguna patria. No me interesan las patrias, los hombres se matan por ellas”.
Pilar M:
Un dicho: “no hay dos sin tres”, yo solo espero no caer esa tercera, y sobre todo por el tiempo que ello conlleva…
“Dime quién soy” y “Dispara, yo ya estoy muerto”, una estructura repetida: personajes envueltos en hechos históricos, contados en entrevistas en el presente por personas involucradas directamente en la historia y con un final para dar sentido al título de la novela. Una buena idea, pero, para mí, en la primera demasiadas “peripecias” para un solo personaje, y en la segunda demasiados  personajes para un relato histórico, que en momentos es tedioso y en otros, sobre todo al final, se precipita.
Una lástima, que por tiempo, deje novelas bien documentadas de las que se puede aprender algo.

Begoña:

Lo recomendaría, sí. En realidad ya lo he recomendado… a varias personas.
Lo recordaré en un futuro, sí. Posiblemente más por el tema; tristemente, suele ser actualidad con demasiada frecuencia.
Es obvio que me ha gustado.
Creo que Julia Navarro es una artista. Conseguir explicar el nacimiento del problema Palestino-Israelí a través de dos familias y hacer una novela de ello, no es nada fácil. Sin embargo, ella no sólo lo ha conseguido, sino que explica claramente como fueron sucediendo los hechos a lo largo de los años para que el lector comprenda a la perfección la envergadura del problema y el cáliz emocional que tiene.
Por hacer alguna crítica, la historia realmente continua. Y, veo que Julia Navarro ha querido ser demasiado imparcial, pecando en intentar equilibrar la balanza entre las dos partes. Creo que esta novela se merece un epilogo que explique los intereses internacionales que actualmente hay en el conflicto de Oriente Medio, cómo Israel ha utilizado la fuerza –la propia y la de sus aliados- para hacerse con el territorio adyacente, el papel de Estados Unidos …
Desde mi punto de vista, falta seguir con la historia y mojarse un poquito más en algo que no nos es tan ajeno.